Nuevo rostro para el comunismo peruano.
El totalitarismo marxista tuvo momentos de auténtico poder e influencia mundial. Cayó en descrédito por los pésimos resultados sociales y económicos que obtuvieron sus variados modelos, a pesar de haber sacrificado hasta el extremo libertades y derechos de sus ciudadanos y provocado la muerte de cientos de millones de personas, en campos de concentración, purgas políticas y salvajes carestías. Sobrevive el comunismo saciando su necesidad de concentrar el poder disfrazándose en demagogia populista y asistencialista. Su fuente de vida es la pobreza y la falta de educación. Nuestro país conoció las recetas de sus admiradores, el Estado empresario y la sustitución de importaciones, la planificación estatista y el recorte de libertades políticas y económicas, desconfianza hacia el emprendedor y mucho poder para el burócrata. Tras duras experiencias fuimos aprendiendo a valorar los pocos, pero importantes Acuerdos Fundamentales elaborados al interior de nuestra comunidad política, actual