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Mostrando entradas de marzo, 2015

Libertad de sufragio y asistencialismo estatal

Es posible que para usted, amigo lector, la política no signifique en este momento un asunto de vital interés, su supervivencia está garantizada, mal o bien, por su esfuerzo cotidiano, por su trabajo en una oficina o comercio, porque sus estudios le dieron la posibilidad de adquirir habilidades y competencias que tienen un cierto valor en el mercado: le pagan por realizar algunas actividades y ello le permite ir desarrollando un determinado proyecto de vida.  Si en 2016 gana la presidencia Alan, Keiko, Urresti o Peluchín, a usted no le afectaría demasiado, salvo por las simpatías o antipatías que le puedan suscitar dichos personajes. Pero podría ya haber dos o tres millones de peruanos a quienes las elecciones resultan cruciales para merecer su inclusión o mantener el goce de alguno de los programas sociales que el Estado implementa, con distinto nivel de efectividad, para paliar la pobreza y las consecuencias de una educación pública que no enseña  habilidades ni competencias neces

Tiempo de insultos, cuando la solución es lo de menos

La primera derrota política de la Unión Civil fue la de no ofrecer su propuesta como una alternativa moderada y razonable, frente a una importante mayoría contraria a que las relaciones homosexuales logren su formalización a través del matrimonio igualitario. De inicio, la iniciativa fue presentada como una acción táctica destinada a ser solo un impulso para  mayores avances, las acciones de propaganda fueron efectuadas en medio de desfiles carnavalescos con personajes travestidos y pintarrajeados o en la Catedral de Lima en ejercicios de romance homosexual masivo.  Como si su jefe de campaña fuese en realidad un espía. En este momento nadie duda de lo que hay detrás: el matrimonio entendido como un contrato donde las partes acceden con libertad, sin que constituya requisito el bíblico mandato de hombre y mujer.  Así las cosas, reconozcamos primero que es legítimo que cada ciudadano quiera hacer que su interés, pensamiento, opción, prejuicio, temor, ilusión, sea recogida por sus rep

Economía social de mercado

Demócratas y Republicanos debaten permanentemente sobre el nivel de intervención del gobierno en la economía, toman medidas con pragmatismo y conforme a la coyuntura. Los alemanes en cambio, prefirieron sistematizar el tema. Konrad Adenauer y Ludwig Erhard lideraron un país destruido por la guerra y debieron establecer las reglas para cuando el Estado regule el mercado.   Como es lógico, partieron desde los postulados de su propia formación, la Doctrina Social de la Iglesia, para rechazar tanto al capitalismo sin compromiso social y como a la planificación central del modelo marxista-leninista. La dignidad de la persona exige evitar la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado. En un mundo sumergido en la Guerra Fría y la bipolaridad, propusieron la Tercera Vía.   La Economía Social de Mercado parte entonces del reconocimiento de la libertad de la persona, de su iniciativa y emprendimiento, que no admiten más límites que los que resulten de su compromiso con