Los Viejos Partidos
Hablar de fortalecer las instituciones, en el Perú actual, es tan productivo como vender catecismos en Letras de la PUCP. Nadie entiende cuál es su utilidad. Recordemos al Defensor Lima del magnate pesquero Banchero, cuyo asesinato puso rápido fin a un equipo que solo obtuvo éxitos mientras le duró el dinero de su mecenas. Si lo comparamos con Universitario o Alianza, de profundo arraigo social, importante trayectoria deportiva y estructuras de menores, resulta obvio que es preferible apostar a un fútbol con instituciones permanentes y de larga trayectoria deportiva. En política, la diferencia entre un partido y un movimiento es, esencialmente, la vocación de permanencia, una posición doctrinaria a la cual anclar los programas, y la necesaria formación de dirigentes juveniles. Ambas opciones presentan sus candidatos a los electores, pero mientras unos tienen la garantía de una marca reconocida en el mercado, los otros vienen con un brilloso empaque multicolor, bajo una denominaci